Sólo para profesionales
Su origen de uso está en la eliminación de cálculos renales sin intervención quirúrgica (litotricia). Los especialistas observaron cómo esta técnica no solo rompía dichos cálculos, sino que consigue la regeneración tisular de los tejidos tratados con ondas de choque. Tras diversos estudios se comprobó, de manera científica, la realidad de este efecto, incorporándose su uso en traumatología, medicina del deporte, dermatología, medicina vascular y ahora en la estética, obteniéndose excelentes resultados.
Es un método muy seguro y eficaz, además de no invasivo. Su mecanismo se basa en la emisión de ondas acústicas de presión a través de una sonda que usa un gel específico como fluido conductor, pudiendo usarse en un solo punto o en un área generalizada con movimientos rotatorios.
Su método de acción se basa en la producción de pequeñas erosiones mecánicas que no producen daños a nivel de la membrana celular de los tejidos pero que provocaba, a su vez, una respuesta biológica beneficiosa que aportar los nutrientes (factores de crecimiento) necesarios para una regeneración tisular. Tras la emisión de ondas, se consigue, entre otros efectos de forma demostrada científicamente:
-Un efecto revascularizador y de formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogenesis), que fomenta la llegada de nutrientes (factores de crecimiento) a los tejidos tratados, siendo clave en la rehabilitación de los tejidos más distales a la circulación sanguínea (por ejemplo, la piel).
-Estimula la producción del colágeno y elastina (unos de los principales actores en los procesos reafirmantes de la piel y máximo responsable en la minimización de arrugas y cicatrices).
-Favorece la reabsorción de estratos cálcicos, queloides o fibrosis, devolviendo elasticidad a los tejidos.
También conocida como radiofrecuencia capacitiva resistiva o hipertermia, consiste en la emisión de una serie de ondas electromagnéticas cuyo fin es la elevación de manera gradual de la temperatura en los tejidos, aumentando la resistencia sobre las fibras preexistentes de colágeno y mejorando de manera exponencial la formación de nuevo colágeno (colagénesis). Permite, además, llegar hasta la dermis en profundidad, regenerando y tensando tejidos diana en otros tiempos inaccesibles.
Por todo lo anterior, la eficacia en tratamientos de belleza de la aplicación de dichas técnicas, por separado o combinadas, queda fuera de toda duda. Ambas demuestran ser técnicas contrastadas a nivel científico y con un alto índice de éxito, no invasivo y con un riesgo para el cliente inexistente.
La degradación del colágeno en sus derivados del tipo (III, IV y V) es una de las principales causas que provocan un cambio físico en nuestra piel. Su falta, genera una pérdida de elasticidad generalizada, de hidratación y, en líneas generales, un aumento del envejecimiento cutáneo. No en vano, a partir de los 30 años, la regeneración cutánea natural desciende en torno al 2% por año.
Está demostrado científicamente que las ondas de choque estimulan la generación de colágeno y elastina en las zonas tratadas. Esta expresión de colágeno y elastina en una arruga la transforma en una arruga menos profunda y menos larga. Por lo que la aplicación de ondas de choque en arrugas se considera el relleno de colágeno natural y sin riesgos.
Para que esta aportación natural de nutrientes quede mejor fijada la combinación de diatermia concluyen con unos resultados excelentes y duraderos. Y para una mejor reafirmación y mayor elasticidad en cuello y escote, la terapia adecuada es la diatermia.
La terapia combinada de ondas choque y diatermia previene la evolución de más daños, disminuyendo sus efectos y recuperando el colágeno y la elastina, lo que se traduce en una mejor oxigenación de los tejidos, aumentando su firmeza y obteniendo, sin químicos ni molestas inyecciones, un efecto rejuvenecedor.
Otros aspectos positivos son su aptitud para todo tipo de pieles, magníficos resultados visibles desde la primera sesión y que no necesita cuidados especiales posteriores (como curas o cambios de vendajes), por lo que no interfiere en la incorporación inmediata a la vida cotidiana. Además, son totalmente compatibles con otros tratamientos de belleza, siempre y cuando se hagan bajo la supervisión de especialistas.
La cicatrización es un proceso bioquímico complejo, por lo que cualquier injerencia puede provocar lesiones tipo queloides o formación de estrías. Los tejidos restaurados nunca consiguen tener la misma resistencia y elasticidad. En la actualidad, la técnica combinada de ondas de choque y diatermia ha conseguido influir de manera directa en el proceso de regeneración tisular, favoreciendo el aumento de colágeno en la zona dañada, mejorando la circulación sanguínea en la zona y la recuperación de fibras de elastina y colágeno de tipo II al V (en función de la edad). El resultado es una mejora en la resistencia y elasticidad de la piel, lo que permite una mejor fase de contracción, disminuyendo visualmente cicatrices, estrías u otras lesiones dermatológicas a medio plazo.
Como en otros procesos, el uso combinado de ondas de choque con diatermia mejora la regeneración de vasos sanguíneos, permitiendo llegar a los nutrientes hasta capas muy superficiales de la piel. A esto se une el aumento de la regeneración de fibras de colágeno y la reparación de las ya existentes. La piel se contrae de una manera espectacular, reduciendo de manera ostensible la flacidez y la piel de naranja, lo que se traduce en unas pocas sesiones en una piel más joven, firme y tersa. Los resultados en estudios muestran una satisfacción en el 95 % de los casos y el 100% de los clientes recomendarían el tratamiento.
Algunos tejidos tienen tendencia a retención de líquidos, que genera dificultades, a su vez, al sistema arteriovenoso y una incapacidad de drenaje del tejido linfático. Al unir las técnicas de ondas de choque y diatermia, se consigue un aumento del drenaje linfático (las ondas de choque están indicadas clínicamente para el tratamiento de linfedema). Si a todo esto unimos la mejora en la firmeza y la elasticidad de la piel, en pocas sesiones las mejoras desde el punto de vista de celulitis y flacidez son increíbles.
Dependiendo del tamaño de la capa de tejido adiposo y de la reducción que deseemos, pueden llegar a ser suficientes con 8 sesiones de 30 min cada una, a intervalos de una semana entre las mismas. Es especialmente útil en las zonas de grasa localizadas siempre que se cumplan criterios de vida saludable como una dieta equilibrada y ejercicio moderado (zona glúteos, lumbar, brazos, caderas o cartucheras). Se consigue una reducción de un grado de celulitis en los tres primeros estadios de la celulitis y reducciones de hasta 2 cm.
El efecto de estas terapias en la regeneración de vasos sanguíneos ha mejorado la vascularización de la zona tratada dando vitalidad a la misma. Con otras técnicas, la rotura de tejido adiposo no disponía de canales adecuados para su eliminación, por lo que la grasa volvía a reabsorberse. Ha quedado demostrada la implicación de las ondas de choque en la formación de nuevos capilares, que aumentan, a su vez, el árbol vascular y permiten eliminar mejor y en mayor cantidad las toxinas.
Desde que empiezan a aparecer los primeros signos de la edad en la piel, debemos empezar a combatirlos. Al margen de cremas y otros tratamientos válidos, técnicas cómo las ondas de choque y la diatermia producen un aumento de la elasticidad de la piel, una mayor regeneración de vasos y un aumento importante de la recuperación y neoformación del colágeno, que se traduce en un efecto flash de atenuación (relleno de colágeno autólogo) de las arrugas y patas de gallo.
Gracias a estos nuevos procedimientos, se consigue disminuir y revertir el proceso de envejecimiento en el rostro y otras partes visibles del cuerpo de una manera segura, no invasiva, muy eficaz y sin riesgos. Con ellos, se fomentan en el cuerpo una serie de mecanismos naturales de regeneración, reparación y mejora que obtienen resultados desde la primera sesión, disminuyendo la edad de nuestra piel a través de la eliminación de la piel de naranja, la flacidez, las cicatrices o la falta de elasticidad, entre otras cosas.
El tratamiento combinado de ondas de choque SWISS TOP RSW® + Diatermia Protherm Compact combinado con ejercicio físico moderado y una dieta equilibrada produce, de manera natural, un proceso de modelado corporal. Con la eliminación de la celulitis, el drenaje de líquido linfático y la compresión de tejido adiposo gracias al tersar y tensar la piel, se consigue esculpir el cuerpo de manera efectiva. El reordenamiento de fibras produce una mejora visual apreciable a simple vista y duradera en el tiempo.
La diatermia y las ondas de choque han sido, a nivel estético, una de las más importantes revoluciones en los últimos años. Su importancia en la regeneración de fibras de colágeno ya existentes y en la formación de fibras nuevas (colagénesis) se ha revelado imprescindible. Su papel principal en la activación de dicho proceso ha quedado demostrado de manera científica, consiguiendo espectaculares resultados en el proceso de rejuvenecimiento facial en diversos ámbitos como la eliminación de arrugas, piel de naranja o cicatrices.
Desde que empiezan a aparecer los primeros signos de la edad en la piel, debemos empezar a combatirlos. Al margen de cremas y otros tratamientos válidos, técnicas cómo las ondas de choque y la diatermia producen un aumento de la elasticidad de la piel, una mayor regeneración de vasos y un aumento importante de la recuperación y neoformación del colágeno, que se traduce en un efecto flash de atenuación (relleno de colágeno autólogo) de las arrugas y patas de gallo.
Algo similar a lo que pasa con el tejido graso sucede con el drenaje linfático. La falta de capilares y vasos impiden o dificultan la eliminación de linfa. Al usar técnicas como la diatermia o las ondas de choque, estas posibilidades de evacuación aumentan de manera directa, consiguiendo elevar hasta límites impensables hace unos años el drenaje linfático. La regeneración tisular gracias a las ondas de choque permite un mejor funcionamiento de las bombas linfáticas. Este procedimiento también es usado a nivel clínico para tratar pacientes con linfedema en las extremidades.
Esta demostrado que el uso de las ondas de choque inducen en tre otras cosas:
Por lo que todos estos procesos ayudan a la mejor cicatrización y a la reducción visible de los efectos de una cicatriz.
Nuevos tratamientos estéticos como las ondas de choque y la diatermia han conseguido revolucionar, de manera eficaz, no invasiva y segura, los procesos reafirmantes, de remodelación y rejuvenecimiento facial.